Otra movilidad es posible

Ha llegado el verano y, con él, las vacaciones. Es una buena ocasión para reflexionar sobre el impacto ambiental de los viajes y la necesaria descarbonización del sistema de transporte español.

Faltan trenes, sobran aviones © Estudio Diego Feijóo / Greenpeace

Ha llegado el verano y, con él, las vacaciones. Es una buena ocasión para reflexionar sobre el impacto ambiental de los viajes y la necesaria descarbonización del sistema de transporte español. Coincidiendo con el Año Europeo del Ferrocarril, Greenpeace vuelve a reivindicar el potencial del tren como alternativa sostenible al avión y el cocheen los trayectos cortos y medios. La clave es hacerlo más accesible y asequible. Nuestras propuestas se enmarcan en un objetivo más amplio y cotidiano: la movilidad sostenible.

Ha sido un año muy duro y, tras el fin del estado de alarma, seguro que ya tienes planes para las vacaciones de verano. Y como todos los socios y socias de Greenpeace, seguro que también quieres dejar la menor huella de carbono posible.

Es una aspiración loable. Y factible. Por lo pronto, la Comisión Europea se ha planteado lo mismo. Uno de los objetivos del Pacto Verde para 2050 es precisamente recortar las emisiones del transporte en un 90% respecto a los niveles de 1990. Se trata de una reducción acorde con el impacto ambiental del transporte, el cual representa el 31%de las emisiones totales de los Veintisiete.

Es más, la Agencia Europea de Medio Ambiente ha demostrado con datos que el ferrocarril es el medio de transporte más sostenible. No extraña, por tanto, que la Comisión haya declarado 2021 como el Año Europeo del Ferrocarril. Todo ello viene a corroborar lo que Greenpeace defiende desde hace mucho tiempo: el papel del tren como alternativa sostenible al avión y el coche en los trayectos cortos y medios.

Por ejemplo, en un viaje entre Madrid y Barcelona, el avión contamina hasta 20 veces más que el tren alimentado con energía eléctrica renovable. Te preguntarás: ¿y qué pasa con Canarias y Baleares? Somos justos y no pedimos que las islas renuncien a sus conexiones, sino promover el tren en la península para evitar muchos vuelos innecesarios, sobre todo los cortos.

Medidas específicas

Pero en Greenpeace tenemos muy claro que lo cortés no quita lo valiente. Por eso insistimos en que, para darle la vuelta al sistema de movilidad, se necesita algo más que buenas intenciones: hay que pasar a la acción. Junto con otras 35 organizaciones, estamos exigiendoa los ministros y ministras de Transportes de la Unión Europea que fomenten el tren con medidas concretas. Estas son nuestras demandas:

  • Crear al menos 30 nuevas conexiones diurnas y nocturnas en la UE hasta 2025.
  • Que los Fondos de Recuperación incluyan partidas para adquirir nuevos trenes compatibles entre países.
  • Hacer que el tren sea más fácil y asequible frente al avión, eliminando las subvenciones a las aerolíneas y acabando con los vuelos cortos cuando exista una alternativa en tren competitiva en tiempo y precio.
  • Que las operadoras de tren tengan sistemas de venta compatibles, para que comprar un billete de tren sea tan fácil como uno de avión, sin importar donde estés.
  • Facilitar el acceso al tren para todas las personas, también a grupos, familias y a quienes viajan con su bicicleta o su mascota, habilitando espacios para ellos.

No es la única institución a la que ha apelado Greenpeace. Hay otra que, por su enorme popularidad, puede liderar con el ejemplo: el fútbol. El pasado año nos reunimoscon LaLiga para invitar a los clubes a jugar el partido contra el cambio climático. ¿Cómo? Reduciendo sus vuelos peninsulares, ya que muchos utilizan el avión para desplazamientos de menos de 300 kilómetros.

Por la vía correcta

En primavera, los trenes de alta velocidad de bajo coste de OuiGo empezaron a circular por las vías españolas. Su llegada ha obligado al operador público a lanzar Avlo, su propio servicio de AVE de bajo coste.

Además de una mayor capacidad, estos trenes ofrecen tarifas más asequibles. Los precios del AVE son tan elitistas que a mucha gente no le queda más remedio que viajar en avión o en coche. Es tan injusto como absurdo si nos atenemos al principio de quien contamina paga: no tiene sentido que el medio de transporte menos contaminante sea el más caro.

Tampoco debemos olvidar que no solo hay grandes ciudades en España. Es fundamental que toda la ciudadanía, viva donde viva, pueda acceder a una red de transporte eficiente, descarbonizado y asequible, y más si queremos impulsar la recuperación de las zonas rurales e impedir el declive de las ciudades medianas e intermedias.

El lema “faltan trenes, sobran aviones” responde fielmente a nuestro modelo equitativo en lo ambiental y lo social. Contamos contigo para seguir moviéndonos en esa dirección.

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Texto: Graciela Rodríguez, periodista