Que no te engañen: trucos de la aviación para parecer verde

 

Con la llegada del verano, proliferan los anuncios de las aerolíneas. Seguro que te has dado cuenta de que es cada vez más frecuente que esta publicidad muestre a las compañías como sostenibles y verdes. Pero, por mucho que digan, la emergencia climática nos confirma que es pura palabrería.

En sus campañas de greenwashing, las aerolíneas usan trucos de lo más diverso para engañarnos. Por ejemplo, afirman estar comprometidas con la neutralidad de carbono, pero no dicen nada de cómo van a eliminar esos gases de efecto invernadero. Además, les encanta hablar del SAF, el combustible “sostenible”, que en realidad se elabora a partir de biomasa y puede ser perjudicial para el clima, impulsar la deforestación y agravar la escasez de alimentos.

Gran parte del greenwashing se basa en ponernos una venda en los ojos para hacernos creer que la tecnología nos va a salvar, aunque los vuelos sean enormemente contaminantes: “Tú sigue volando, que, en el futuro, se encontrará una solución mágica”. Con todo, las aerolíneas se presentan como parte de la solución climática, pero sus propuestas son falsas y simplemente buscan que continuemos volando como si el clima no estuviera en peligro.

Necesitamos tu firma para evitar que los responsables de la crisis climática blanqueen su actividad tóxica con patrocinios.

Firma para prohibir la publicidad de combustibles fósiles y, si ya lo has hecho, por favor, comparte la petición:

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valencia: contribuimos a la mejora de los menús de las escuelas

Hace ya unos años que, desde Greenpeace, trabajamos para que se reduzca el consumo de carne y lácteos, debido a su impacto ambiental. Escogimos 20 ciudades de todo el mundo para empezar a trabajar con ellas. En España, fueron cinco y nos enfocamos en dos: Barcelona y Valencia. Y te traemos buenas noticias de esta última. Después de cuatro años trabajando intensamente con el Consejo Alimentario y las organizaciones que lo conforman, hemos conseguido que la reducción del consumo de carne en las escuelas de competencia municipal sea una realidad y se contemple ahora en los pliegos de contratación.

Este es un paso muy importante, puesto que las limitaciones de carne y sus derivados logradas son incluso mayores que las que exige la Generalitat. Esta mejora se traduce en que se servirá un máximo de dos raciones de carne a la semana, preferentemente blanca. La carne roja y los derivados cárnicos (hamburguesas, longaniza, croquetas, jamón u otros embutidos) se limitarán a dos raciones al mes.

Con esta decisión, Valencia marca el camino creando menús que tendrán un impacto positivo en el medio ambiente y en la salud del alumnado. Han sido necesarios muchos años para que esto fuera posible, pero la paciencia, persistencia y convicción de las muchas personas y colectivos que trabajamos por una alimentación sana y sostenible da resultado. Por eso, esta victoria es de todas las personas que nos han acompañado en todos estos años de trabajo y en la campaña contra las macrogranjas. Esta victoria también es tuya. Ahora esperamos que se replique en muchas otras ciudades.

No a la guerra de Ucrania: No a las muertes, al hambre y al frío

Hace más de 100 días que empezó la guerra de Ucrania. Además de tener dramáticas consecuencias humanitarias, el conflicto ha puesto de relieve que nuestro modelo económico está al borde del colapso.

Esta guerra está dejando imágenes desastrosas, como la de las miles de toneladas de trigo que se pudren en el puerto de Odesa. Rusia y Ucrania son grandes exportadoras de cereal; el conflicto ha traído escasez y esta ha disparado los precios. Esto puede generar grandes hambrunas en países de rentas bajas y medias, tal como constata una investigación realizada por Ayuda en Acción en África, Asia, América Latina y Oriente Próximo.

La subida de precios también afecta a otro producto básico: Rusia es el principal proveedor de combustibles fósiles de la Unión Europea. Gastamos 285 millones de euros al día en petróleo ruso; de hecho, el 25% de los transportes de Europa se mueven gracias a él. Además, el gas ruso calienta siete millones de hogares en España; es un combustible esencial para muchas personas, y ha cuadruplicado su precio respecto al año pasado.

Las consecuencias de la guerra afectan a la población, pero no a las élites. Una investigación de Greenpeace ha revelado que las petroleras han ingresado, cada día, 30 millones de euros adicionales desde que comenzó el conflicto. Nadie se merece estos 100 días. Debemos seguir luchando para detener la cuenta, porque sabemos que las cosas pueden hacerse de otra forma.

sin tiburones no hay océanos: poR un tratado global ambicioso

Con motivo del Día Mundial de los Océanos, el pasado 8 de junio, activistas de Greenpeace colgaron un falso tiburón de cinco metros de largo en la entrada del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta figura representa a los 100 millones de ejemplares que mueren anualmente y a los cientos de miles que España captura cada año de manera descontrolada. Es por prácticas como estas que las poblaciones de tiburones se han desplomado en un 70% en los últimos 50 años; ya hay 17 especies en peligro de extinción.

La pesca del tiburón es un ejemplo de por qué se necesita un Tratado Global de los Océanos ambicioso, pues no está regulada y se considera “pesca accidental”. Este tratado se renegociará el próximo agosto en Naciones Unidas. España ya ha ratificado el compromiso de cuidar al menos el 30% del océano global, mediante áreas altamente protegidas, pero está pensando en dejar la pesca fuera del Tratado.

Desde Greenpeace, denunciamos que esta decisión no tendría sentido, puesto que la desenfrenada actividad pesquera es uno de los principales problemas que afectan a los océanos. Seguimos necesitándote para presionar al Gobierno y convencerlo de que apoye un Tratado ambicioso. 

Firma para pedir al Gobierno de España y al ministro Luis Planas que se comprometan con un Tratado Global de los Océanos ambicioso:

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