La ría de Pontevedra, más cerca de volver a ser el paraíso

El pasado 15 de julio, la Audiencia Nacional dio la razón a Greenpeace en su lucha para que la planta de celulosa ENCE salga de la ría de Pontevedra.

Planta de celulosa ENCE en la ría de Pontevedra. Frente a ella, mariscadores en plena faena. © Pedro Armestre / Greenpeace

Esta sentencia pondría fin a una prórroga de 60 años que firmó el gobierno (en funciones) de Mariano Rajoy en 2013 y es un duro varapalo a una grave historia de amiguismos políticos. 

Y es que la celulosa debía abandonar la ría en 2018, cuando venció la concesión otorgada por el desarrollismo franquista en 1958. Desde entonces, van más de 60 años de contaminación de una de las riberas más maravillosas de nuestro litoral, y de represión a las protestas de miles de personas que luchan por protegerla. 

A pesar de que ENCE se denomina ‘biofábrica’, ha sido la responsable de la grave contaminación de la ría y, además, ha condicionado la nefasta política forestal gallega, excesivamente permisiva con la plantación de eucaliptos, que pone en peligro la integridad ecológica de todo el país. Durante estos años, activistas de Greenpeace, junto con la población de la zona y las mariscadoras, que son el alma de la ría gallega, han luchado por bloquear los vertidos que envenenaban la marisma.

La acción de centenares de personas ha hecho posible este cambio y hemos dejado claro que hay que proteger la ría. Así pues, ahora solo queda confiar en que la sentencia ponga fin a este crimen ecológico y garantice el cumplimiento, por fin, de la Ley de Costas.

Fotos: Bob Edwards, Pedro Armestre y Daniel Beltrá / Greenpeace