El gas y la subida de la luz

Da igual que la mayor parte de la energía se genere con renovables: si hay un poco de gas, nos la cobrarán toda a precio de gas.

Ilustración con una combinación de fuentes de energía (molino, nuclear, gas natural) y una gráfica disparada hacia arriba (como el precio de la luz) © Estudio Diego Feijóo / Greenpeace

La energía eléctrica que se produce en el Estado español ya es en su mayoría renovable (el 43,6% en 2020), pero aún tienen mucho peso otras tecnologías como la nuclear o, en tercer lugar, el gas. En 2020, el 17,8% de la energía  se obtuvo a través del llamado ciclo combinado, una técnica que quema gas, un combustible fósil que, además de ser altamente contaminante, es un recurso finito. En Europa hay escasez de reservas y su importación encarece constantemente su precio.  

¿Cómo se fija el precio de la luz? 

La energía eléctrica no se puede almacenar. Por eso, cada día Red Eléctrica hace una estimación de la demanda de energía prevista para el día siguiente y con esa estimación se celebran unas “subastas” en las que se “casa” demanda (necesidad de energía prevista) y oferta (producción para hacer frente a esa demanda) para cada hora del día siguiente. Así se acuerda el precio. 

¿Qué tiene de malo este sistema? 

El coste de la energía es distinto según la tecnología que se utiliza para generarla; por ejemplo, generar con renovables es mucho más barato que generar con gas. Y, sin embargo, el sistema está montado para que se pague toda la energía al mismo precio, siempre el más alto en las “subastas”. Da igual que la mayor parte de la energía se genere con renovables; si hay un poco de gas en esa hora, nos la cobrarán toda a precio de gas. Por eso decimos que ‘pagamos el pollo a precio de solomillo’; porque lo pagamos todo al precio más alto. En Greenpeace pensamos que es injusto, impide la transición energética y tiene que cambiar. Si crece el uso de las renovables, que son más limpias y baratas, dependeremos menos del gas y otros combustibles fósiles dañinos, y lograremos un ahorro para los bolsillos. 

Son muchas las trampas del sistema que llevan a las grandes empresas a enriquecerse a nuestra costa. Por eso, hemos presentado una demanda conjunta con FACUA, Transición Verde, Economistas Frente a la Crisis y la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza, para exigir a Endesa, Iberdrola y Naturgy la devolución de los entre 1.500 y los 2.800 millones de euros que cobraron de más entre 1998 y 2006. Esta enorme suma corresponde a las salvaguardas que se crearon por si tenían pérdidas al aplicar la directiva europea para la liberalización del sector. Nos cobraron este dinero aunque esas pérdidas no se dieron. 

Con tu apoyo, lograremos un sistema al servicio del interés general y no del oligopolio.