SDDR O CÓMO COMBATIR LA INVASIÓN PLÁSTICA
Este sistema, extensible a cualquier producto como electrodomésticos o baterías, recuperaría el 90% de los envases.
Todos los días, en el mercado español se ponen a la venta 50 millones de envases, sólo de bebidas. De ellos se recuperan y reciclan 20 millones, pasando el resto a contaminar el entorno (vertederos, incineradoras, basuras…)
Este mes de junio, y gracias entre otros al trabajo del voluntariado de GP en Navarra, la Comunidad Foral se convertía en la primera región que, con su nueva Ley de Residuos, se compromete a implantar, en dos años, un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de envases (SDDR). Una medida que, según recoge la Ley 11/1997, debería estar en marcha en todo el país desde hace 20 años y que obliga a productores y comerciantes a facilitar la devolución de envases. En su lugar, sólo existen contenedores de reciclaje que no atajan el problema de la producción masiva.
Este año, el Parlamento Europeo, consciente del enorme problema global, aprobaba cuatro propuestas legislativas que, entre otras cosas, establecen que para 2030, el 70% de envases y embalajes que se produzcan en Europa deberán ser reciclados. España, en la actualidad, no llega al 30%. El reciclaje no da abasto, así que, más vale empezar a producir menos.
¿Cómo funciona el SDDR?
Lejos de ser una innovación, la filosofía del retorno existía hace décadas, cuando el pequeño comercio funcionaba a granel. Se trata de que los consumidores paguen por el envase a la hora de la compra, recuperando su importe íntegro cuando lo devuelven en la tienda.
Ventajas
- Es la única manera de volver a tener envases reutilizables de forma masiva y no como algo puntual (por ejemplo, en hostelería…)
- En el caso del reciclaje en contenedores de colores, el coste de la gestión de residuos recae también en los municipios, es decir en los impuestos de la ciudadanía, mientras que, con este sistema SDDR no.
- El SDDR evita el problema de la mezcla de residuos que aún se da en los contenedores de reciclaje
- Fomenta la limpieza, al existir un incentivo económico en el retorno de envases
Texto: Laura Chinchetru