Los 7 bulos
del fuego
Cada vez que el fuego devora miles de hectáreas de monte resurgen algunos de los bulos más recurrentes sobre este tema. Desde Greenpeace España nos hemos propuesto analizar y desmentir todos ellos.
1. ‘Esto es terrorismo ambiental’
Este es uno de los tópicos más frecuentes y, aunque cuesta creer que no haya una conexión entre casi 100 focos en un mismo día, se descarta la teoría de que exista una trama organizada detrás de los incendios, algo que se pueda calificar como “terrorismo ambiental”. Nunca se ha podido demostrar tal cosa.
2. ‘Quieren recalificar los terrenos quemados gracias a la reforma de la Ley de Montes
En 2015, el Partido Popular reformó la Ley de Montes mediante la introducción en el artículo 50 de una excepcionalidad a la prohibición de recalificación de la superficie quemada en 30 años. Hasta el momento, no se ha hecho uso de ella. Tanto antes como después de esa reforma ha habido incendios y el debate se sigue centrando en ella, aunque no ha llegado a ser aplicada.
3. ‘Hay que aumentar las penas a los incendiarios’
El incendio forestal está castigado con penas de prisión de hasta 20 años, además del pago de los daños y perjuicios causados. El debate y las demandas deben centrarse en dotar a las fiscalías de medios suficientes, con personal perito especializado, para realizar todas las investigaciones pertinentes y evitar que los casos acaben siendo sobreseídos por falta de pruebas.
4. ‘Galicia arde por las plantaciones de eucalipto’
El eucalipto es más inflamable, arde bien, pero no hay eucaliptos en muchos de los incendios que han ocurrido. Desde Greenpeace pedimos que se ordene y planifique el monte sin tener plantaciones monoespecíficas que hacen el bosque más vulnerable.
5. ‘Los que queman el monte son pirómanos’
La piromanía es una patología, un trastorno de conducta. Tan sólo el 9,79 % de los incendios tiene detrás a una persona que sufre de esta patología.
6. ‘Es necesario repoblar de forma urgente las zonas incendiadas’
Tras el incendio nacen iniciativas, todas loables, pero desenfocadas en estos momentos. Si queremos ayudar a la recuperación de nuestros bosques, es prioritario proteger el suelo y reducir los procesos erosivos. Las primeras actuaciones de emergencia se deben centrar en frenar los procesos erosivos actuales, controlar las posibles avenidas y posteriormente favorecer la regeneración natural de la cubierta vegetal.
7. “Los incendios forestales son cosa de campo”
En un país en el que los incendios son un problema ambiental de primera magnitud, se hace imprescindible que las viviendas, urbanizaciones, casas, campings, etc., establecidas en el monte (interfaz urbano-forestal) cumplan una serie de directrices para preparar la vivienda frente al riesgo de incendios forestales.
Texto: Ana Martínez