Carlos Bardem y Elena Anaya, las caras del cine comprometido

Son muchos los actores y actrices que han apoyado la preservación de los océanos, así que hemos querido reconocer su labor otorgándoles el Premio Rayo Verde, creado en 2022 por Greenpeace y la Academia del Cine para profesionales comprometidos con el medio ambiente. Úrsula Corberó, Inma Cuesta, Alba Flores o Pedro Alonso son algunos de los nombres destacados de nuestro cine, pero, como no podían venir todos a recoger el premio, hemos escogido a dos de los más concienciados para que los representen: Elena Anaya y Carlos Bardem.

Ambos forman parte de la campaña Protege los Océanos de Greenpeace. Anaya participó en la expedición Mujeres por el Ártico, donde recorrió “la última frontera de hielo”, una de las pocas regiones marinas intactas, aunque amenazada por el cambio climático. Carlos Bardem también ha viajado al Ártico en varias ocasiones y, junto a su hermano Javier, realizó una expedición a la Antártida para pedir su protección y grabar el documental Santuario.

Acabemos
con la era
del plástico

¿Sabías que, cada año, acaban en el mar 12 millones
de toneladas de plástico? Su producción alcanzó los 390 millones de toneladas en 2021, y casi la mitad fueron plásticos de un solo uso, que se fragmentan en micro y nanoplásticos. A la luz de estos hechos, la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente decidió lanzar las negociaciones para elaborar un tratado global sobre el plástico, que comprometa a países y empresas a reducir su fabricación.

Cuando se haga realidad, este acuerdo será una gran noticia, pero las cosas de palacio van despacio. Así que la ciudadanía debe empezar ya a reducir el consumo. Por eso, hemos elaborado la guía definitiva para la reducción de plásticos, en la que resolvemos dudas sobre los distintos tipos que hay y te damos consejos para encontrar alternativas y llevar una vida sin residuos. Tienes un importante papel que desempeñar.

Firma aquí y presiona a los países para que se pongan las pilas con el tratado global sobre los plásticos: 

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Descárgate aquí nuestra guía:

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un sOlo abono para todos los transportes

Imagina que con una sola tarjeta pudieras subirte al autobús, el metro, el tranvía o el tren de cualquier ciudad del país. Estaría bien, ¿verdad? Pues esta es la propuesta que hacemos desde Greenpeace para incentivar el uso del transporte público: una tarifa plana para la movilidad sostenible, que permitiría reducir las emisiones y satisfacer las necesidades de millones de personas que, ahora mismo, dependen del vehículo privado para desplazarse.

Y lo mejor es que esta idea no es una quimera: el abono único existe en países europeos como Austria, Alemania o Hungría. Así, el objetivo final sería que la T-Lleva fuera un abono único para toda Europa. Es ambicioso, pero posible: se puede financiar con los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles y, en el futuro, asegurando los recursos necesarios con la eliminación de las subvenciones perjudiciales al medio ambiente. ¡Son todo ventajas!

¡Basta
de jets privados!

Estamos en una situación de emergencia climática sin precedentes. Pero las personas ricas y poderosas se niegan a poner de su parte y siguen volando más que nunca en sus jets privados. Según un informe de Greenpeace, estos vuelos aumentaron en un 64 % en 2022, generando durante este periodo las mismas emisiones que medio millón de personas.

Un avión privado contamina 10 veces más por persona y kilómetro que uno comercial. Pero estos vuelos no están regulados por la Unión Europea y están excluidos de la legislación que aborda las emisiones de gases de efecto invernadero.

España es el cuarto país de Europa con más vuelos de jets privados. En 2022 hubo casi 50.000, un 74 % más que el año anterior. Las cifras nos dicen que, a pesar de que el planeta esté pidiendo ayuda, hay un sector de la sociedad que se niega a escuchar. Desde Greenpeace, decimos basta.

Firma y ayúdanos a exigir al Gobierno que acabe ya con los vuelos privados: 

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