Más allá de la sequía: crisis hídrica y transición justa
Cada vez más agentes sociales entienden que la sequía pluviométrica que padecemos ha hecho aflorar con fuerza dos problemas de fondo: el desequilibrio estructural entre demanda de agua y recursos disponibles, y la aceleración del cambio climático.
La demanda de agua ha sobrepasado la disponibilidad de unos recursos de dimensiones menguantes. El déficit es estructural, disfrazado por la sobreexplotación generalizada de aguas superficiales y subterráneas.
Es necesario redefinir el papel y la dimensión del regadío. Este es uno de los más graves y difíciles retos políticos que tiene España. La denuncia de los regadíos ilegales ha llegado con fuerza a una opinión pública madura para apoyar respuestas contundentes contra este fenómeno. El caso de Doñana es especialmente importante, por ser la punta del iceberg y el laboratorio de un problema generalizado de desecación o contaminación de muchos otros territorios más modestos y menos protegidos. Por otra parte, el gran debate sobre los efectos de la modernización del regadío en el ahorro de agua está resuelto: a los indiscutibles efectos (positivos y negativos) sobre la variedad y volumen de las producciones se añade el aumento del consumo neto de agua a escala de sistema de explotación o cuenca hidrográfica.
De lo que hay que empezar a hablar ya es de cómo abordar la inevitable restructuración del regadío. El actual debate en la cuenca del Guadalquivir sobre la reducción de dotaciones con o sin criterios sociales y la reasignación de concesiones vía mercados o vía centros de intercambio en el contexto de la sequía apunta a debates que se van a generalizar en el futuro. Ni todo el regadío es igual ni los conflictos son solo entre regadío y ecosistemas.
Desde una perspectiva progresista, de defensa de una transición hídrica justa, no se puede seguir ignorando el componente social. La Mesa Social del Agua de Andalucía, una experiencia de coalición de agricultores, ecologistas, sindicatos, empresas públicas, consumidores, ciudadanos y científicos, está impulsando el desarrollo e implementación de estas ideas. No es volver al pasado: es mirar al futuro tomándose en serio los retos de la transición ecológica justa.
Texto: Leandro del Moral Ituarte, Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla y miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua