EL CARBÓN QUEMA LOS DERECHOS HUMANOS

Las importaciones de carbón por parte de la industria española suponen graves vulneraciones de los derechos humanos en Colombia, Rusia, Indonesia o Sudáfrica, países de este recurso a España

Hombre con sus hijos sobre una bicicleta cruzando tierras contaminadas © Mujahid Safodien / Greenpeace

La quema de carbón es una de las principales causas del cambio climático: es el combustible fósil que más emisiones de CO2 emite a la atmósfera. Pero el carbón tiene otra cara oscura: las vulneraciones de derechos humanos ligadas a su extracción. Los principales proveedores de carbón de las térmicas españolas entre 2010 y 2019 han sido Colombia, Indonesia, Rusia o Sudáfrica, donde esta actividad está impactando negativamente tanto en el medio ambiente como en la salud y en los derechos humanos de la población.
Las violaciones de derechos humanos se repiten en los principales países exportadores de carbón con destino a España: desplazamientos forzados, persecución, criminalización, represión del derecho a la protesta, contaminación o restricción del acceso al agua. “Se han perdido las explotaciones agrícolas y unos 5.000 niños han muerto de desnutrición”, narra Diego Alejandro Rojas, del colectivo Arbelaez (La Guajira, Colombia) en nuestro informe ‘Las heridas del carbón. Violaciones de derechos humanos en las importaciones españolas’, realizado en colaboración con el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos.
El desarrollo de la extracción de carbón en estos países afecta directamente a las poblaciones locales y/o indígenas, sin consultarles ni tener en cuenta sus voces. Mientras que los marcos normativos se diseñan para beneficiar a las industrias extractivas, la sociedad civil ve vulnerado su derecho a la libertad de expresión, el derecho a su tierra o sus aspiraciones culturales. Incluso muchas veces paralizados por la violencia desatada por las propias fuerzas del orden o las empresas de seguridad contratadas por las compañías del carbón.

La extracción de carbón provoca persecución, desplazamientos forzosos o contaminación demedio ambiente

La responsabilidad de las empresas españolas
A pesar de las graves vulneraciones de derechos humanos, las empresas españolas continúan importando carbón procedente de estos países: en 2018 la importación de este recurso en España ascendió a 16,5 millones de toneladas.
Por tanto, las compañías eléctricas que compran el carbón para quemar en sus térmicas son responsables de identificar y prevenir cualquier impacto sobre los derechos humanos en toda su cadena de suministro. Sin embargo, ninguna de las cinco grandes eléctricas españolas (Endesa, Iberdrola, EDP, Viesgo y Naturgy) consultadas para la investigación aportó los datos sobre la procedencia y volúmenes de carbón importado usado en sus centrales térmicas.

Colombia: la mina más grande del mundo

En La Guajira se encuentra la mina abierta más grande del mundo: extrae 108.000 toneladas de carbón al día, al tiempo que ya ha desplazado a 20.000 personas en todo el territorio. “Es una mina que gasta al día más de 30 millones de litros de agua mientras la gente se está muriendo de sed”, asegura el activista Diego Alejandro Rojas.

Indonesia: desahucios y violencia de género

Esta actividad reciente en Indonesia ha disparado las licencias para nuevas minas, lo que ha llevado a la deforestación, la pérdida y esterilidad de tierras, así como al agotamiento y contaminación de las cuencas hidrográficas. Además, al ser un trabajo al que solo acceden hombres, las mujeres han sufrido por el desequilibrio económico familiar, el abandono de sus parejas o un aumento de la violencia de género

Texto: Mario Ruiz-Ayúcar Dorado   Fotos: © Mujahid Safodien / Greenpeace © Camilo Rozo / Greenpeace © Yudhi Mahatma / Greenpeace