Arde Australia

Las llamas han arrasado el país austral. El récord de incendios forestales, con más de 17 millones de hectáreas quemadas, es otra señal alarmante de la emergencia climática mundial

Hombre ayudando a un canguro tras los incendios © Alana Holmberg / Greenpeace

Las altas temperaturas y una sequía récord en Australia dio como resultado más de 200 incendios en menos de un mes y más de 10,7 millones de hectáreas calcinadas. Una catástrofe de grandes dimensiones fácil de entender cuando lo comparas con las 900.000 hectáreas que se quemaron en todo el Amazonas durante el pasado verano. Y junto a la tierra quemada, a esta hecatombe hay que sumar los más de 29 personas fallecidas, 1.000 millones de animales muertos, y las más de 2.500 casas destruidas.
Al igual que sucedió en España, Australia tenía una situación de partida que ha sido el caldo de cultivo perfecto para la propagación de un incendio de alta intensidad: mucho calor, poca humedad y, por tanto, más carga de combustible. Y, aunque es verdad que el cambio climático no origina los fuegos, sí agrava la propagación de los incendios. Pero el Gobierno no ha hecho nada por hacerle frente a esta emergencia.
El panorama que presenta Australia es desolador respecto a la falta de acciones políticas para hacer frente al cambio climático y, por tanto, un espejo en el que no mirarse. Con un primer ministro que incluso negó la relación entre los incendios y el cambio climático, Australia no tiene ningún plan eficaz para reducir sus altas emisiones, sumado al hecho de que es el segundo mayor exportador de carbón del mundo. Una vez más, son las energías limpias y renovables la apuesta que deben hacer todos los gobiernos para, entre tantas otras razones, evitar catástrofes como la vivida en Australia.

La superficie quemada fue diez veces mayor que la que arrasó el Amazonas en 2019

Texto: Mario Ruiz-Ayúcar Dorado   Fotos: © Alana Holmberg / Greenpeace