Qué es la COP

cumbre del clima Pablo Blázquez

La COP o Conferencia de las Partes es un encuentro multilateral de gran importancia que se celebra todos los años pero que en España apenas conocemos porque no suele despertar tanta atención mediática. No es el caso de este año, que por celebrarse en Madrid, nos ha obligado a hacer un curso acelerado de multilateralismo climático que vamos a repasar.

Para empezar hay que viajar hasta Río de Janeiro, al año 1992. Allí se celebró la segunda Cumbre de la Tierra. Todo un acontecimiento en el que los países del mundo reconocieron la importancia de poner el planeta entre las prioridades de los gobiernos. Uno de los puntos más importantes que se aprobaron fue la creación del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC o UNFCCC, según sus siglas en inglés). Según este convenio las partes, los gobiernos que lo ratifican, se mostraban “preocupadas porque las actividades humanas han ido aumentando sustancialmente las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera”.  Y ante esa “preocupación” se marcaban como objetivo “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas (del ser humano) peligrosas en el sistema climático”.

El CMNUCC arranca oficialmente en 1994 y en 1995 tiene lugar la primera Conferencia de las Partes, de los estados firmantes, en Berlín. Desde entonces se han sumado al Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático un total de 196 estados. Para que las partes dispongan de una base científica e imparcial de la evolución del cambio climático, la COP se apoya en los informes que periódicamente elabora el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés).

Las cumbres más importantes han sido las de Kioto, en 1997 que fijó compromisos de reducción o limitación de emisiones de gases de efecto invernadero para  los países desarrollados. La otra es la cumbre de París de 2015. En ella se firmó el Acuerdo de París, en el que se estableció el compromiso para mantener el aumento de la temperatura media mundial “muy por debajo de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales”. Desde esa cumpbre, hasta la de Madrid, se han centrado en desarrollar los mecanismo para poder hacer efectiva esa reducción.

Está demostrado que, desde la revolución industrial, hemos aumentado la presencia de gases en nuestra atmósfera por nuestra actividad económica. El “hemos”, es importante porque hemos sido los humanos. En particular, entre otros gases, hemos emitido grandes cantidades de CO2 por la combustión de energías fósiles como el carbón y el petróleo. Estos gases producen lo que se denomina efecto invernadero, hacen que el calor de la Tierra que recibe del Sol se mantenga en la atmósfera y no rebote, lo que provoca que se caliente más de lo normal, lo que afecta al clima. Cuantos más gases hay en la atmósfera, más aumenta el efecto y más se calienta el planeta. Los gases que están ya en la atmósfera no se pueden eliminar, por lo que el calentamiento global que causa el cambio climático es irreversible. Lo que está en juego es que el cambio climático sea menor y nos podamos adaptar a éste preservando en la mayor medida la riqueza natural de nuestro mundo o que nos adentremos en un futuro en el que la vida humana sea incompatible con el planeta. De no llevarse a cabo el Acuerdo de París las temperaturas podrían superar los 3º centígrados de media global. Y la recomendación de la ciencia es no superar los 1,5º.

Los consensos son difíciles de alcanzar porque hay países con posiciones muy duras que se resisten a abandonar sus emisiones de gases de efecto invernadero

Dentro del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) los consensos son difíciles de alcanzar pues hay países con posiciones muy duras que se resisten a abandonar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Pero hay un argumento que está por encima de cualquier posicionamiento de las partes, la ciencia.

Desde 1988 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) facilita evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, repercusiones y estrategias de respuesta. Desde el inicio de su labor el IPCC ha preparado cinco informes de evaluación siendo el principal órgano científico internacional para el estudio del cambio climático. Ahora se encuentra en su sexto ciclo de evaluación.

Siva Kartha científico del Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, autor en varios informes del IPCC estuvo presente en la COP celebrada en Madrid y explicó a lo que nos enfrentamos. “Es normal que la gente piense que 1,5° más de temperatura es poco, porque estamos acostumbrados a que las temperaturas cambien mucho más en nuestro día a día. Por ejemplo, en un día en Madrid la temperatura sube 10° más que cuando amanece. Pero, trasladado al planeta, si no hacemos nada la temperatura subirá 5º de media. Y eso nos puede parecer poco, para que nos hagamos una idea cuando el planeta era 5º más frío había capas de hielo de kilómetros de grosor donde hoy hay ciudades con millones de habitantes. Si suben esos 5º no sabemos qué pasará, no hemos estado ahí”, explicó el científico. “Quien piense que puede saber qué es lo que va a pasar exactamente o quien pueda decidir que podemos afrontar esos cambios o decidir en nombre de otros que se pueden afrontar estos cambios según vayan ocurriendo, que sepa que eso no es ciencia. Eso es mirar hacia el riesgo de la existencia de la humanidad y decidir jugársela, eso es una locura y no podemos permitir que eso ocurra”.

Greta Thunberg

La activista sueca de 16 años ha sido la gran protagonista de esta cita. Estuvo en la gran marcha que reunió a miles de personas en Madrid y estuvo en la COP25 apoyando con su atracción mediática a jóvenes de todo el mundo y a científicos y científicas del IPCC.
Pablo Blazquez

Texto: Rafael Ordóñez   Fotos: Pablo Blázquez