Llas voces silenciadas
Médicas, exmineros, activistas y asociaciones vecinales protagonizan un emotivo documental de Greenpeace que revela la cara más amarga y menos conocida de este combustible fósil.
Yo soy ‘termicana’. Nací y viví, igual que mi hermana, que me llevaba solo un año, en la central térmica de Compostilla donde mi padre trabajaba. Mi hermana y mi padre murieron del mismo cáncer”, con este desgarrador testimonio comienza el documental de Greenpeace “El lado oscuro del carbón, las voces silenciadas”. Sara Velasco, médica y escritora, explica, con la voz entrecortada, su historia. Una historia marcada por el carbón.
Este combustible deja un oscuro rastro tras de sí, generando cicatrices permanentes en las comunidades y el medio ambiente. Su quema genera emisiones de CO2 (convirtiéndolo en el principal causante del cambio climático) y la minería subterránea: gas metano (un potente gas de efecto invernadero). Su contaminación se filtra en el agua y la tierra, aumentando el riesgo de asma, enfermedades cardíacas y cáncer, y causando la muerte prematura de miles de personas cada año.
Para retratar esta realidad, a través de los testimonios de las personas que la sufren, un equipo de periodistas y documentalistas recorrió zonas con centrales térmicas y de extracción de carbón de Asturias, León, Almería y Aragón.
A Sara se suman muchas otras voces, como las de los exmineros Luis y Juan, que describen la gran incidencia de enfermedades respiratorias y cáncer. Un hecho que corrobora la doctora Adonina Tardón, catedrática de Medicina preventiva y Salud Pública. O Víctor, también exminero, que denuncia los problemas sociales del carbón. O Angelita, vecina de Musel (Gijón) que muestra cómo la capa que se desprende del carbón ha colonizado de negro su jardín… Y un largo número de voces, a menudo silenciadas, que protagonizan esta historia, llena de dificultades pero también de esperanza.
Luis y Juan, exmineros de Asturias. “Todo tiene un ciclo, yo pienso que todo tiene un ciclo. Aquí la minería no tiene un futuro, los hijos vienen por detrás y tratas de buscar un futuro limpio para ellos”.
Porque no solo se muestran las consecuencias, también se habla de soluciones y alternativas. De la necesidad de una “transición energética a un futuro renovable en manos de la ciudadanía como una oportunidad para las personas y para el planeta”, como explicaba Tatiana Nuño, la responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace en el estreno del documental.
O como asegura el activista antitérmica José Luis García Montes: “Hay que seguir luchando, si no nos queremos morir o si no queremos que nos maten. Y para dejar un futuro para nuestros hijos y que sea una alternativa al carbón y a las térmicas”.
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Texto: Marta San Román