Por un cambio de rumbo

Querida familia:

Desde que Rusia invadió Ucrania el pasado 24 de febrero, los beneficios de la industria del petróleo se han multiplicado desproporcionadamente. Sin duda, las corporaciones petroleras, junto con las energéticas, son las reinas del tablero en un sistema avaro y hostil basado en los combustibles fósiles, y al que le interesan los conflictos que se convierten en auténticas catástrofes humanitarias. 

En estas semanas, las oficinas de Greenpeace en todo el mundo nos hemos volcado en condenar la invasión de Ucrania por el Ejército ruso y nos hemos solidarizado con los millones de personas que sufren sus consecuencias de forma directa. En la historia reciente, se han librado, en muchas partes del mundo, conflictos motivados
por el control de la industria fósil o con el apoyo de la riqueza generada por su explotación a manos de unos pocos; y, si algo está claro, es que solo un cambio de estrategia hoy evitará que la historia se siga repitiendo.

La guerra es una prueba más de que necesitamos romper con la dependencia fósil, reducir nuestro consumo y acelerar la transición energética hacia un modelo 100% renovable, justo y democrático. Cambiar de país proveedor solo servirá para desplazar el conflicto a otros rincones del mundo y para mantener un modelo energético contaminante e incompatible con la acción apremiante que requiere la crisis climática. Y reabrir la puerta a falsas soluciones, como la nuclear, entraña enormes riesgos para la vida, como también estamos viendo en Ucrania.

En Greenpeace, somos decenas de miles las personas que miramos hacia el exterior con preocupación, pero también con la esperanza y la convicción de que, juntas, lograremos un cambio de rumbo. En esta revista, os invito a conocer a algunas de las personas más implicadas en nuestros 28 grupos de voluntariado. También podréis conectar con organizaciones amigas gracias a la firma invitada, que en este número ocupa la joven activista Irene Rubiera. Y en el espacio ‘Familia Greenpeace’, hablamos con Laura Urbayen Avellaneda, que colabora con la organización desde hace más de treinta años. 

Como activista, es una fuente continua de inspiración conocer a otras personas que lideran, con su acción, un camino de coraje, creatividad y soluciones. Mi deseo es que también todas vosotras, socias y socios de la organización, encontréis en estas páginas fuerza y determinación para hacer frente a los contratiempos en la construcción de otras formas de vida más sostenibles y en armonía con lo que somos: naturaleza. 

Un abrazo de esperanza,

Eva Saldaña
Directora ejecutiva de Greenpeace