La capa que asfixia al planeta

Cuando solo un 30% de los plásticos en España se reciclan, la solución pasa por reducir el plástico en nuestra vida, sobre todo el de un solo uso.

Envases de plásticos recogidos del mar © Greenpeace/ Dennis Reher

El pasado 3 de junio moría otra ballena en Tailandia después de varios espasmos y convulsiones durante las que vomitó 5 bolsas de plástico. La autopsia reveló que albergaba en su estómago 80 bolsas de plástico de un peso total de 8 kilos.

El plástico tal y como lo conocemos existe desde hace unos 60 o 70 años pero en este tiempo ha revolucionado todo y está presente en el mundo de la moda, la tecnología etc. Se calcula que hasta la fecha se han producido unos 8.300 millones de toneladas de plástico en el mundo. Según la revista Sciences Advances, de esa cifra, se han convertido en residuos, 6.300 millones de toneladas. Si a esto sumamos que cada año acaban en los océanos 8 tonelados de plásticos, la dimensión del problema adquiere nivel de urgencia.

De toda esta basura plástica, son particularmente graves los microplásticos, esos fragmentos inferiores a 5 mm resultado de la rotura de los plásticos o de su propia fabricación para productos de higiene y limpieza como exfoliantes, cosméticos, pastas de dientes etc. Por su tamaño diminuto llegan al mar por el desagüe ya que los filtros de las depuradoras no los frenan. Estas partículas van directamente al mar y son ingeridos por animales y, de ahí, hay evidencias de que llegan a nuestros platos.

¿Qué está haciendo Greenpeace?

El objetivo prioritario para acabar con esta contaminación plástica es prohibir los plásticos de un solo uso. Bolsas, envases, plastificados innecesarios etc.. están presentes en los supermercados donde hacemos la compra habitualmente. Por ello el 2 de abril, Greenpeace se sumó a la iniciativa Desnuda la fruta, dirigida a los supermercados. Un llamamiento a través de firmas para que las cadenas de supermercados no incluyan tanto embalaje plástico en los alimentos. A primeros de junio hay ya cerca de 130.000 firmas en España y más de 1 millón en el mundo.

Además Greenpeace le pide al Gobierno y a las administraciones locales que tomen en serio el problema de los plásticos y tomen medidas para reducir la producción y consumo como:

  • priorizar la reducción y la apuesta por materiales con menor impacto ambiental.
  • garantizar el reciclado de envases mediante sistema de retorno.
  • prohibir el uso de microesferas de plástico.
  • apostar por la innovación y las alternativas al uso de plásticos.

Buenas noticias pero insuficientes

La comisión europea elaboró una propuesta a principios de junio que va en la buena dirección a la hora de frenar la contaminación por plásticos: prohibir los plásticos de un solo uso como pajitas, platos o cubiertos. Una buena noticia que nos anima a pensar que se están dando los pasos necesario para paliar este problema tan grande. Ahora debe ser valorada por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la UE.

El Gobierno español aprobó hace poco más de un mes, un Real Decreto para cobrar las bolsas de plásticos encaminado a desincentivar su uso. La medida, aunque pueda parecer un avance, es insuficiente porque no está enfocado en combatir la cultura del usar y tirar. Otro de sus principales problemas es que plantea sustituir las bolsas de plástico por bolsas biodegradables que tienen también un elevado porcentaje de plástico.

Desnuda la fruta

Los supermercados tienen un papel importante en el embalaje excesivo de plásticos en los alimentos. En abril, numerosos colectivos entre los que estaba Greenpeace llevaron a cabo la actividad #desnudalafruta para exigir la retirada del plástico innecesario.

Adipiscing accumsan eu © Greenpeace/ F. Javier Soto Martinez

Texto: Cristina Castro   Fotos: © Dennis Reher