Manos a la obra ya
Las soluciones no pueden retrasarse más: esta legislatura es clave para afrontar la emergencia climática, así que ya no vale mirar hacia otro lado. Hay que ponerse manos a la obra de inmediato.
El inicio de algo siempre es una oportunidad estupenda para hacer las cosas mejor. En España empezamos una nueva legislatura y, desde Greenpeace, queremos pedirle al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez una transición ecológica más ambiciosa, el fin definitivo de las subvenciones a los combustibles fósiles y un Pacto de Estado Ecológico, que aúne a todas las fuerzas políticas del país. No lo olvidemos: el verano de 2023 ha sido el más caluroso en el hemisferio norte desde que hay registros y la escasez de agua continúa siendo un problema en la región mediterránea. Las soluciones no pueden retrasarse más: esta legislatura es clave para afrontar la emergencia climática, así que ya no vale mirar hacia otro lado. Hay que ponerse manos a la obra de inmediato.
Y del inicio de un camino al final de otro, en este caso el de la COP28: entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre se ha celebrado en Dubái la cumbre por el clima y los combustibles fósiles han estado en el centro del debate. Las causas y las consecuencias del cambio climático nunca han sido más claras; sin embargo, para proteger sus intereses, este sector productivo trata de ahogar el clamor de la comunidad científica y de la ciudadanía. En Greenpeace no nos cansaremos de repetirlo: es el momento de poner fin a la expansión del carbón, el petróleo y el gas, y de acelerar la implementación respetuosa de las energías renovables. Todos los Gobiernos deben tomar medidas urgentes para eliminar gradualmente el uso de los combustibles fósiles y la industria que los genera tiene que responder por la destrucción y el daño que causan. Quien contamina paga y reclamamos más impuestos y gravámenes para este sector (tanto en el ámbito nacional como en el internacional) y que se le impida poner trabas a las soluciones.
También pedimos más ayudas y más apoyo a los programas para la mitigación del cambio climático, la adaptación al mismo y la puesta en marcha del nuevo fondo de pérdidas y daños, que tenga en cuenta las necesidades de la población que sufra la crisis en primera línea. Comprometerse con el futuro de los más vulnerables no es una opción, sino una necesidad. En esta línea, seguimos exigiendo que se cumpla la promesa de aportar 100.000 millones de dólares a los países empobrecidos para que puedan hacer frente a la emergencia; son los que menos responsabilidad tienen en el aumento de las emisiones y los que más sufren los embates del clima.
No necesitamos más promesas, sino avances tangibles y una transformación radical para evitar que las temperaturas aumenten más de 1,5 °C y para responder a los crecientes impactos climáticos. Ya sabes que tu apoyo es fundamental: ¡tenemos que seguir luchando por nuestro planeta!