"La macrogranja de Noviercas habría sido una irresponsabilidad mayúscula"
El punto final al proyecto de Noviercas es “un triunfo de la movilización social”, tal como lo define Begoña Izquierdo, cofundadora de Hacendera, una asociación en defensa de la vida y la cultura sostenibles, nacida para hacer frente a la macrogranja.
Hablamos con ella para saber cómo se ha recibido en Soria esta buena noticia.
¿Qué supone para Hacendera que no se vaya a construir la macrogranja?
Es una inmensa alegría, porque era una gran amenaza para el patrimonio natural y cultural de Soria. Es un triunfo de la movilización social, no solo para el pueblo de Noviercas, sino para todo el país.
La empresa proyectaba una explotación con 23.520 vacas, pero la normativa ya establece un máximo de 850 unidades de ganado mayor. ¿Os asusta que se construya igualmente una macrogranja más pequeña?
No nos gustaría nada, pero no creemos que esta posibilidad interese a la empresa. La prueba es que ha solicitado que la Junta continúe tramitando el expediente de la macroexplotación de 23.520 vacas, como si el Real Decreto no les afectara. Pero esta petición no tiene base legal, puesto que no han completado ninguno de los trámites necesarios.
¿Cómo os habría afectado la macrogranja?
Se habría contaminado el acuífero del que se abastecen un montón de poblaciones, no solo de Soria, sino también de la cuenca del Ebro, y por un tiempo incalculable, porque es casi imposible descontaminar un acuífero subterráneo. En un contexto de cambio climático, en el que los acuíferos son garantía de vida y de continuidad para las poblaciones, este proyecto habría sido una irrespon-sabilidad mayúscula. Además, las amenazas contra la salud que se pueden derivar de las acumulaciones de animales son graves. Estamos viendo una preocupante proliferación de zoonosis que pueden derivar en pandemias.
Normalmente, para ganar el apoyo de la ciudadanía, estos proyectos prometen crear empleo.
¿Son empleos de calidad? ¿Compensa?
Por la experiencia de la explotación de Caparroso, que pertenece a la misma empresa, el trabajo que se ofrece es muy duro, escaso y precario. Además, suele emplearse a personas que no tienen opciones mejores y que no fijan su residencia en el territorio. En el caso de Noviercas, sería a costa de eliminar 450 pequeñas explotaciones y se perderían unos 750 puestos de trabajo, según la COAG. No compensa de ninguna manera.
Texto: Sandra Vicente, periodista Fotos: Mario Tejedor Keltiber / Heraldo-Diario de Soria