¡Lo conseguimos! tenemos Tratado Global de los Océanos

¡Lo conseguimos! tenemos Tratado Global de los Océanos

El pasado 4 de marzo, Naciones Unidas finalmente aprobó el Tratado Global de los Océanos. Sin lugar a duda, es una excelente noticia, de la que nos alegramos muchísimo. Este acuerdo es indispensable para abordar la protección de los océanos en aguas internacionales con la urgencia que se requiere.

Después de casi dos décadas de negociaciones, la aprobación de este tratado, que habría sido imposible sin el trabajo de Greenpeace y muchas otras organizaciones de todo el mundo, supone una victoria monumental para la protección de los océanos.

El tratado mantiene vivo el objetivo conocido como “30×30”: que el 30 % de las aguas internacionales de los océanos estén protegidas en 2030, tal y como se acordó en la COP15 sobre Diversidad Biológica de 2022. Ahora, el texto debe ser ratificado por los Estados y estos deberán implementarlo de manera efectiva y equitativa. Desde Greenpeace, tenemos la determinación de aprovechar este impulso para seguir trabajando en favor de un cambio real en la protección de nuestros mares.

Mira aquí el mensaje de Pilar Marcos, responsable de Océanos en Greenpeace Internacional

 

La lucha por el derecho a la energía continúa

Con motivo de la Semana Europea de Lucha contra la Pobreza Energética, que tuvo lugar del 17 al 23 de febrero, desde Greenpeace hemos querido reivindicar, una vez más, el derecho a un suministro energético asequible y no contaminante, y hemos exigido medidas para la transición a un nuevo modelo que priorice la eficiencia, el ahorro y la justicia social y ambiental.

¿Sabías que, en España, cada vez somos más pobres desde el punto de vista energético? No lo dice Greenpeace, lo dicen los estudios.

  •   Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica, correspondientes a 2021, casi siete millones de personas (el 14,3 % de la población) no pudieron mantener una temperatura adecuada en invierno en sus hogares.
  •   Según la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), la pobreza energética causa unas 7.100 muertes anuales, casi 3.000 más que las ocurridas en carretera en 2014.

Combatir la pobreza energética –revisando las reglas del mercado eléctrico, rehabilitando nuestras viviendas, garantizando la democratización real de la energía y luchando por la justicia económica– y cuidar el planeta ya no es una opción: es un imperativo.

 

8M: Ecofeminismo para cambiarlo todo

El pasado 8 de marzo, el feminismo volvió a llenar las calles y estamos muy felices, porque el ecofeminismo estuvo más presente que nunca. En los manifiestos, en los escenarios y en los carteles: antirracismo, migraciones, identidades diversas, vivienda, cuidados, luz y calor para todas… El feminismo ha venido a cambiarlo todo y sigue siendo el movimiento con mayor capacidad para visibilizar y denunciar la multitud de opresiones cruzadas que el sistema perpetúa, ya sea desde el género, el origen o la clase; entenderlas es fundamental para alumbrar las transiciones ecológicas justas que deseamos.

Somos el grito necesario, un grito que se nutre de la tierra fértil, del aire limpio, de los alimentos sanos, de la energía renovable y también de vínculos, de estructuras comunitarias no patriarcales, de la alegría de estar juntas y del deseo de decidir sobre nuestros cuerpos y sobre quiénes y cómo queremos ser y vivir.

nuevo informe del ipcc: ¿nos arremangamos?

El pasado 20 de marzo, se presentó el Sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC). Ya intuíamos lo que dice: el cambio climático afecta a todo el planeta y se está acelerando e intensificando. La situación es peor de lo que se esperaba y se trata, como ya hemos comentado en muchas ocasiones, de una situación profundamente injusta, pues las personas más afectadas son las que menos responsabilidad tienen en la crisis climática. Sabemos que vamos camino de daños irreversibles, pero también que no todo está perdido si rectificamos ahora.

Tenemos que ver esta situación como una oportunidad para cambiar el rumbo. Si se implementan medidas urgentes, los objetivos del Acuerdo de París (2015) aún están a nuestro alcance. Para ello, hay que limitar las emisiones tanto como sea posible y reducir los riesgos de desencadenar nuevos impactos. Esta década es decisiva. ¿Qué, nos arremangamos?

10 claves sobre el nuevo informe del IPCC sobre el cambio climático