La protección del medio ambiente empieza en la mesa
La cría industrial de animales es una de las actividades más contaminantes, así que una acción muy efectiva que podemos realizar en casa es ser responsables con la alimentación.
Existen muchas guías, como la elaborada por el Ministerio de Consumo en 2022 o la presentada por un grupo de científicos en 2019, llamada “dieta de salud planetaria”. Ambas aspiran a definir qué recursos deberían alimentar
a la población mundial en 2050 de manera sostenible y adecuada para nuestra salud y la del planeta.
1
Recuerda la ingesta recomendada
Se recomienda un consumo de 2.500 kcal al día. En algunos lugares del mundo se debe incrementar la ingesta de ciertos alimentos para llegar a esta cifra, mientras que, en otros, hay que reducirla; es el caso de España, donde se consumen más de 4.000 kcal diarias. Para cumplir la ingesta recomendada, hay que comer mejor y elegir los alimentos más saludables y a la vez sostenibles.
2
Reduce el consumo de carne
Una de las claves de una alimentación sana y sostenible es comer menos carne. Concretamente, se recomienda, como mucho, el consumo de carne roja una vez por semana y de carne blanca dos veces por semana (unos 300 gramos en total). En lo que respecta al resto de productos animales, se recomienda, como máximo, un vaso de leche (o el equivalente en otros productos lácteos) al día y un huevo cada dos.
3
Come más fruta, verduras y legumbres
Lo ideal es que la mitad de tu plato esté formado por fruta y verdura. La otra mitad debería consistir, principalmente, en cereales como el maíz o el trigo, legumbres y, de vez en cuando y solo si quieres, pequeñas cantidades de proteína animal.
4
Elige frutas y verduras de temporada
Como ya hemos explicado en más de una ocasión, para llevar una alimentación sostenible, es imprescindible conocer las frutas y verduras que nos ofrece la tierra en cada momento del año. Recuerda que puedes echar mano de nuestra Guía de frutas y verduras de temporada.
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5
Haz compra de proximidad y ecológica
Siempre es mejor comprar los alimentos que se producen cerca de donde vives, para evitar la gran huella de carbono que tienen aquellos que vienen de la otra punta del mundo. Además, intenta consumir alimentos ecológicos, que, entre otras muchas cosas, no usan fertilizantes ni productos sintéticos. Estos dos factores también se aplican a la carne: apoya a la ganadería local y ecológica siempre que puedas.
6
Mejora tu manera de cocinar
Comer de manera sostenible va más allá de elegir alimentos y tiene que ver también con cómo los cocinamos. Usa electrodomésticos más eficientes (ahorrarás energía y dinero), elige métodos de preparación con menor gasto energético (la olla exprés mejor que el horno) y consume más alimentos crudos, que además conservan mejor las vitaminas. Y si ya tienes una cocina solar, mereces un premio.
7
No tires comida
Se estima que el derroche de alimentos es el responsable del 10% de los gases de efecto invernadero que produce la humanidad. Convierte las sobras en nuevos platos, practica la cocina de reaprovechamiento y llévate las sobras del restaurante. Antes de tirarlo, ¡haz croquetas, sopa y mil inventos deliciosos! Y con lo que realmente no sea aprovechable para el consumo, si puedes, haz compost. ¡Necesitamos suelos fértiles!
8
No uses plástico
El coste energético de la producción de plásticos y la contaminación que generan son muy elevados, así que, cuando sea posible, compra en mercados locales y tiendas a granel, y lleva siempre bolsas reutilizables para evitar la contaminación.
Texto: Sandra Vicente, periodista