Actúa en casa
Es el momento de dar el paso: libérate del “poder fósil”, pásate al autoconsumo o a una comunidad energética, y ahorra energía.
La mayoría de los españoles vivimos en “casas fósiles”, es decir, casas antiguas que están mal aisladas, gastan mucha energía en invierno y en verano, y además dependen de combustibles fósiles para ser confortables en los meses fríos, para el agua caliente y para cocinar. Y con la volatilidad actual de los precios de la luz, el gas y el gasoil, esto ya lo estamos notando en las facturas de las primeras semanas del invierno. Posiblemente la crisis energética va a ser la nueva normalidad y las facturas seguirán por la nubes en los inviernos y veranos por venir.
Es el momento de dar el paso: libérate del “poder fósil”, pásate al autoconsumo o a una comunidad energética, y ahorra energía. Además, reduce el consumo en la medida de tus posibilidades. No olvides que la energía más verde es la energía que no se usa.
También es muy importante dejar de perder energía; obtén el certificado energético de tu casa y analiza por dónde pierde calor o frío. Aprovecha ya las subvenciones para aislar viviendas o bloques de pisos, porque no van a estar ahí siempre. También hay ayudas públicas para cambiar tu cocina de gas a una eléctrica de inducción, y sustituir tu calentador, tu calefacción y tu refrigeración por una bomba de calor conectada a una instalación de autoconsumo. ¡Saca el gas o el gasoil de tu vivienda!
Además, exige que el desarrollo de las energías renovables sea respetuoso con las personas y la biodiversidad.
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Casas con renovables
Un paso imprescindible para nuestros bolsillos y para el planeta es que la electricidad que consumimos en nuestros hogares sea de origen renovable y se genere, si es posible, cerca de casa y de la mano de iniciativas ciudadanas.
Aunque dispones de muchas tecnologías renovables para generar y consumir tu propia energía (solar, de biomasa, minihidráulica, eólica, minieólica, geotérmica, etc.), la tecnología más fácil, barata, accesible y adaptable es el autoconsumo solar.
Si utilizas placas solares, conseguirás un ahorro de entre el 40 y el 80% en tu factura de la luz en función de si incorporas baterías. Te contamos resumidamente cómo hacerlo, tengas o no un tejado en propiedad.
Si tienes un tejado en propiedad…
Es mucho más sencillo de lo que piensas: hay muchas empresas especializadas que te realizan toda la instalación y resuelven el papeleo. También te sorprenderán los costes y subvenciones existentes. ¡Infórmate y da el paso!
Si no tienes un tejado en propiedad…
También hay alternativas para ti. Desde 50 euros, puedes acceder a la copropiedad de proyectos renovables o invertir en ellos. Otra posibilidad es conectarte a los sistemas de autoconsumo colectivo de tu vecindario o de edificios públicos. Lee más sobre esta opción.
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Casas bien aisladas
Otro paso indispensable es mejorar el aislamiento térmico de la vivienda: es el único camino para dejar de perder energía. De media, más de la mitad de la energía se pierde por ventanas y paredes; el resto abandona nuestro hogar por el tejado y el suelo.
Hay muchas maneras de cerrar este coladero de energía. De hecho, es la forma más lógica de empezar a no depender (o, al menos, depender menos) del gas y del gasoil. A continuación, te detallamos algunos pasos.
Estudia la vivienda
Déjate aconsejar por las oficinas energéticas públicas o por espe-cialistas independientes que estudien tu caso y te propongan alternativas. De acuerdo con su nivel de aislamiento y emisiones, las viviendas se clasifican con letras, de la A (la mejor) a la G (la peor). Las reformas energéticas han de estar siempre certificadas y, entre tu certificado inicial y el final, debe existir una mejora evidente: la vivienda ha de “subir” al menos dos letras para poder acceder a subvenciones.
Infórmate sobre las subvenciones
Existen soluciones relativamente baratas y con gran impacto en tu bienestar, que pueden mejorar el certificado energético por un coste asumible. Una vivienda con aislamiento térmico eficiente puede ahorrar hasta 1.000 euros al año en la factura de la luz y el gas. El coste puede alcanzar los 11.000 euros, pero hay subvenciones que cubren entre el 30 y el 80%. Y amortizarás la inversión en pocos años.
Explora todas las soluciones
Hay muchas medidas básicas que no requieren licencia de obra. Los muros (suelo, paredes, tejado) se pueden aislar con un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE) o rellenando las cámaras de aire. Siempre es mejor optar por aislantes ecológicos, como el corcho o la celulosa. Respecto a los acristalamientos, las ventanas con rotura de puente térmico y cristal aislante se pueden encontrar en el mercado a buen precio.
Si vives de alquiler…
El 25% de la población vive de alquiler. ¡Tú también puedes dar el paso! Con los argumentos adecuados, podrás convencer a tu casero o casera. Explícale que los beneficios de las mejoras los disfrutan ambas partes, porque la vivienda se revaloriza.
Impulsa soluciones colectivas
Casi siete de cada diez personas viven en un bloque de pisos. Intenta convencer a tu comunidad de mejorar el edificio con ayudas públicas. Las soluciones de aislamiento son mucho más efectivas y baratas si se aplican en todo el bloque, pues se hacen por el exterior de las viviendas y evitan tener que aislar suelos y techos. Este año ha cambiado la ley que regula las comunidades de propietarios y ahora puedes conseguir la aprobación de un proyecto de mejora energética o de energía renovable en tu comunidad si obtienes la mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra.
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Casas confortables
Otro paso que no puedes obviar es optar por un sistema de calefacción que no queme gas o gasoil.
¿Qué es la climatización renovable?
Las viviendas tienen normalmente tres usos térmicos en los que aún se usa gas o gasoil (es lo que llamamos “climatización”). El uso térmico fundamental es la calefacción, pero también tenemos el agua caliente sanitaria (ACS), y la cocina y el horno. Si quieres sacar los combustibles fósiles de tu casa, tienes que convertirlos todos a alternativas renovables. Hay muchas opciones y se pueden combinar.
Climatización por aerotermia
La aerotermia es un sistema de climatización que obtiene energía del aire para convertirla en calefacción o refrigeración. Existen de aire-agua y de aire-aire; las segundas son las más habituales y se conocen como “bomba de calor”. Este sistema es el más eficiente y permite extraer hasta el 75% de la energía del aire.
Calentador por aerotermia
Se trata de una bomba de calor aire-agua que permite calentar o enfriar el agua para la calefacción y para el ACS. Normalmente se instalan máquinas combinadas, que valen para ambos usos.
Geotermia
La geotermia es un sistema similar a la aerotermia, con la diferencia de que extrae la energía del suelo, por lo que requiere la perforación de un pozo. Es el sistema de menor consumo, pero exige una obra considerable, por lo que solo es rentable en caso de grandes necesidades de calor.
Caldera de biomasa
Estos aparatos proporcionan calefacción (pero también ACS) mediante la combustión de desechos orgánicos, siendo los más comunes los pélets, la leña, los huesos de aceituna y la cáscara de algunos frutos secos. Se consideran renovables y sostenibles siempre y cuando el combustible sea reciclado o de gestión forestal sostenible y local. Tienen limitaciones de instalación en zonas urbanas y suelen necesitar algo más de espacio en la vivienda para almacenar el combustible.
Paneles solares térmicos
Proporcionan agua caliente para el agua sanitaria, como apoyo para la climatización. Se suelen instalar en combinación con aerotermia o con calderas de biomasa para ahorrar energía y dinero.
Cocinas y hornos eficientes
La cocina de inducción es más eficiente, pues calienta directamente el recipiente, y no indirectamente como las tradicionales de vitrocerámica o gas. Además, logra un control eficaz de la potencia, calienta el doble de rápido y detecta la forma y tamaño del recipiente. El horno es otro electrodoméstico que puede utilizar gas; existen modelos eléctricos muy eficientes y de menor consumo. Tanto las cocinas como los hornos están obligados a tener etiqueta energética; cuanto más cerca estemos de la A+++, mejor.
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“Quitarnos” del gas sin dejarnos a nadie
Tener viviendas confortables es un derecho que aún está lejos de estar garantizado: el alto coste inicial de aislar los hogares e instalar soluciones renovables significa que estas no están al alcance de todo el mundo, especialmente de los hogares con bajos ingresos y de quienes viven de alquiler.
Es habitual que las personas en situación de vulnerablidad, además de sufrir más frío en invierno y más calor en verano, consuman más energía, pues emplean sistemas más precarios
y sus viviendas están peor aisladas. La Unión Europea y los Gobiernos deben ampliar rápidamente los programas para garantizar que todos los hogares puedan aprovechar los beneficios del ahorro de energía y las tecnologías renovables de calefacción.