¡STOP ganadería industrial, moratorias ya!

La ciudadanía es cada vez más consciente de las nefastas consecuencias de las macrogranjas para el entorno, tal y como demuestra la implicación de plataformas vecinales de setenta municipios en la lucha contra estas explotaciones industriales. Organizadas bajo el paraguas de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, de la que Greenpeace forma parte, a mediados de octubre solicitaron a las administraciones provinciales moratorias a la concesión de licencia para estos proyectos.

Exigimos soluciones urgentes:

  • Una moratoria estatal y/o moratorias regionales de, al menos, cinco años a la ganadería industrial.
  • Una nueva regulación de nitratos para reducir al menos a la mitad las emisiones de nitrógeno para 2027.
  • Un plan para reducir progresivamente la ganadería industrial.

Esta acción se enmarca en la campaña NiMU contra la ganadería industrial que ha lanzado Greenpeace. En nuestro informe Macrogranjas, veneno para la España rural, denunciamos que la contaminación media por nitratos del agua subterránea ha aumentado un 51,5 % en cuatro años. Este es un “problema sistémico de España”, según asegura la propia Comisión Europea, que señala como principal culpable a la ganadería en su informe de seguimiento de la Directiva de Nitratos.

“Más del 75% del territorio español está en riesgo de desertificación. Por eso, preservar el agua y su buena calidad es fundamental”, advierte Luís Ferreirim, responsable de Agricultura de nuestra organización.

Ya hemos entregado más de 237.000 firmas al Ministerio de Transición Ecológica para acabar con esta lacra medioambiental, y ahora ya contamos con otras 267.000, pero seguimos necesitando tu apoyo.

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Desenmascara el ‘greenwashing’

Como ya te avanzamos en nuestro número anterior, Greenpeace ha puesto en marcha una Iniciativa Europea Ciudadana (ICE) para que la Comisión Europea esté obligada a legislar sobre la prohibición de la publicidad y el patrocinio de combustibles fósiles en los Estados miembro. Y vamos por el buen camino, porque más de 100.000 personas ya se han unido a esta iniciativa. Pero te seguimos necesitando. Tu firma es fundamental, porque una ley de este tipo –para la que hay que recabar un millón de firmas en un año– reforzaría la protección a los consumidores, a la salud pública y al medio ambiente. 

Los combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón son los culpables de la crisis climática. Aún así, permitimos que las empresas que se enriquecen comprometiendo la salud de nuestro planeta laven su imagen constantemente, con el visto bueno de nuestras instituciones. Los causantes de esta emergencia no pueden seguir participando impunemente de nuestra vida cotidiana. 

Por ello, proponemos a la Comisión Europea que legisle para prohibir la publicidad y los patrocinios; porque los gobiernos no deben ceder ante los intereses de las grandes compañías. Con tu firma, podemos conseguirlo. 

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Un final descafeinado para la COP26

La COP26, cumbre del clima celebrada entre el 1 y el 13 de noviembre en Glasgow (Reino Unido), concluyó con una declaración final que nuestra organización considera débil y sumisa. El acuerdo promete más fondos a los países en desarrollo para combatir la emergencia climática, pero no establece una hoja de ruta para eliminar los combustibles fósiles, ni fechas concretas para alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero. Con esa falta de concreción, el objetivo de frenar el calentamiento global en 1,5 grados apenas sigue vivo. 

Sin embargo, es importante que los estados hayan enviado el mensaje de que la era del carbón está llegando a su fin. Bien es cierto que en un primer borrador se hablaba de “la eliminación de la energía de carbón”, pero una enmienda de China e India suavizó el lenguaje en el texto final, cambiando “eliminación” por “reducción”. “En 2022 las naciones tendrán que volver con objetivos más fuertes. Se acabó el tiempo”, apunta Jennifer Morgan, la directora ejecutiva de Greenpeace internacional.

La mera mención a la eliminación progresiva de las subvenciones a esos combustibles es ya un avance, y el llamamiento a reducir las emisiones en un 45% para el final de esta década está en consonancia con lo que hay que hacer, pero hay que ponerlo en práctica. “El bla bla bla de la COP lo vemos también en el Gobierno de España. Las buenas palabras no nos salvarán de la crisis climática, necesitamos acción”, advierte Tatiana Nuño, responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace. Y es que el objetivo de reducción de las emisiones del 23% para 2030 aprobado para nuestro país está muy lejos de las recomendaciones científicas para no superar el límite de calentamiento de 1,5 grados.

basta de consumo desmesurado

Los recursos de La Tierra son limitados y, sin embargo, las tendencias de consumo actual van orientadas a agotarlos. Si la población mundial tuviera la misma media de consumo que Europa, necesitaríamos tres planetas para suplir la demanda actual de todo tipo de productos. 

Cada vez hay más eventos que instan al consumo desmesurado. Por ejemplo, el Black Friday, originario de Estados Unidos y asentado en nuestro país desde 2015, con un aumento anual de ventas de entre un 10 y 15 por ciento.

Lo cierto es que no necesitamos la mayor parte de las cosas que compramos. ¿Has pensado cuántas veces utilizas la ropa que tienes en tu armario? La industria textil es la segunda más contaminante y, a pesar de ello, la producción de fast fashion, o ‘moda rápida’, se ha duplicado en las últimas dos décadas. Y es que la vida útil de nuestra ropa ha disminuido un 36 por ciento: una prenda se utiliza entre siete y diez veces y, después, se tira a la basura. Y a volver a comprar.

¿Las consecuencias? Deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire y del suelo, disminución de la cantidad y calidad del agua… El consumismo es la combinación perfecta de factores para agravar la crisis climática. ¡Una vez más, tú puedes ser parte del cambio de modelo! En estas fiestas y cuando lleguen las rebajas, compra con mesura, busca alternativas como la reparación, el reciclaje o los artículos de segundo mano. ¡Compremos de forma respetuosa con el planeta!