El aumento de la temperatura de los océanos es consecuencia del cambio climático, al que contribuyen las emisiones de carbono. Precisamente, el actual proyecto de una nueva mina de carbón en la Cuenca Galilea de Queensland, que generaría 60 millones de toneladas de carbón al año, podría poner al borde de la desaparición definitiva a este arrecife y su rica biodiversidad. Pero estos proyectos de combustibles fósiles no pueden sobrevivir sin financiación, por eso Greenpeace está llevando a cabo una campaña para exigir al Commonwealth Bank, principal inversor de estos proyectos en Australia, que detenga su apoyo financiero.
El aumento de la temperatura de los océanos es consecuencia del cambio climático, al que contribuyen las emisiones de carbono. Precisamente, el actual proyecto de una nueva mina de carbón en la Cuenca Galilea de Queensland, que generaría 60 millones de toneladas de carbón al año, podría poner al borde de la desaparición definitiva a este arrecife y su rica biodiversidad.
Pero estos proyectos de combustibles fósiles no pueden sobrevivir sin financiación, por eso Greenpeace está llevando a cabo una campaña para exigir al Commonwealth Bank, principal inversor de estos proyectos en Australia, que detenga su apoyo financiero.
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