Una vida en verde: voluntaria desde los 3 años

Koro López de Uralde, vocal del Consejo de Greenpeace España

Foto de Koro López de Uralde, vocal del Consejo de Greenpeace España

Desde que tiene memoria, Koro López de Uralde ha tenido a Greenpeace como compañera de vida. Madrileña, especializada en marketing digital y apasionada por la sostenibilidad, Koro se hizo socia con apenas tres años. «Mis padres me dieron de alta, así que crecí rodeada de mensajes como “salvemos las ballenas”, “nucleares no”, “defendamos el planeta”…», recuerda. La curiosidad la llevó a estudiar Administración de Empresas, un Digital MBA y un Máster en Economía Circular y Desarrollo Sostenible, mientras desarrollaba proyectos propios como la start-up de zapatillas sostenibles NoTime Eco Brand y La Imprenta, un laboratorio de estrategias culturales con impacto social.

Su relación con Greenpeace evolucionó con los años. Tras voluntariados intensos y una etapa en otros movimientos climáticos como Fridays for Future, volvió hace un par de años, esta vez al Consejo de Menores de 35 años. «Es simplemente otra forma de voluntariado, más enfocada en estrategia y gobernanza. Me motiva poder aportar una perspectiva diferente por edad, trayectoria y experiencias. La diversidad es muy valiosa para tomar mejores decisiones».

Koro ve claros paralelismos entre empresa y activismo. «El mundo empresarial puede aprender del activismo maneras más humanas de relacionarse: cuidar el tiempo, construir confianza, escuchar y valorar consensos. Y el activismo puede inspirarse en la eficiencia del sector privado: tecnología, procesos optimizados y simplificación de tareas para liberar energía para lo que realmente importa: estrategia, creatividad y acción directa».

Koro López basa su compromiso ambiental en la economía circular. «Nos ofrece un camino realista y esperanzador para vivir dentro de los límites del planeta, alargando la vida de los materiales y regenerando lo que dañamos».

Su motivación no se agota en cifras ni proyectos. Tiene rostro humano y futuro tangible. «Si alguna vez tengo nietos, quiero poder mirarles a la cara y decirles que yo hice todo lo que estaba en mi mano y que no me quedé sentada mirando la realidad. Todo lo que hacemos tiene impacto, y quiero que mi huella tenga una dirección concreta: proteger la vida y regenerar los ecosistemas».

Mirando veinte años hacia adelante, Koro imagina a Greenpeace más fuerte y más cercana, global y local a la vez, con voluntarios en cada territorio y estructuras más horizontales y diversas. «Que haya sabido adaptarse a los nuevos retos sin perder su esencia: la defensa incondicional de la vida y la apuesta por la paz. Muchas luchas que parecían utópicas hace veinte años hoy forman parte del sentido común. Ojalá podamos decir lo mismo de nuestros desafíos actuales».

«Si alguna vez tengo nietos, quiero poder mirarles a la cara y decirles que yo hice todo lo que estaba en mi mano y que no me quedé sentada mirando la realidad».

Texto: Greenpeace