El futuro es ahora
La COP30, la primera celebrada en el corazón de la Amazonia y que he podido vivir en primera línea, tenía todos los ingredientes para ser un punto de inflexión. Sin embargo, el resultado final no estuvo a la altura de la urgencia que requiere la crisis climática, social y de biodiversidad que vivimos. Ni se acordó una hoja de ruta clara para abandonar los combustibles fósiles ni se trazó un plan concreto para detener la deforestación ni una financiación climática a la altura de las necesidades reales. Una vez más, las dinámicas de poder ancladas en el pasado han pesado más que la ciencia y que la vida de millones de personas.
Pero que la COP30 nos haya decepcionado no significa que estemos en punto muerto. Al contrario: obliga a redoblar nuestra acción, a largo y a corto plazo. En 2026 nos hemos marcado propósitos muy concretos, entre ellos, lograr un abono único estatal de transporte público que haga viable dejar el coche en casa y avance hacia una movilidad justa; impulsar políticas de vivienda que garanticen hogares eficientes y saludables; seguir adelante con el litigio climático para que el Estado asuma sus obligaciones; proteger a la población frente a olas de calor cada vez más letales con refugios climáticos, alerta temprana y un pacto de Estado contra la emergencia climática.
Que la COP30 nos haya decepcionado no significa que estemos en punto muerto. Al contrario: obliga a redoblar nuestra acción, a largo y a corto plazo.
También vamos a empujar para que el Tratado Global de los Océanos se traduzca en las primeras áreas marinas protegidas en alta mar; para que deje de venderse el gas fósil como una solución verde; para frenar la expansión de las macrogranjas y avanzar hacia un modelo alimentario sostenible que respete el bienestar animal y que cuide la salud, el territorio y el clima.
De todo esto hablamos en este nuevo número de nuestra revista. Porque aunque la COP30 terminase, la movilización social no. En 2026 seguiremos trabajando en los tribunales, en las instituciones y en la calle, para convertir la decepción en avances reales. No aceptamos menos de lo que el planeta y las personas necesitamos.
Texto: Eva Saldaña Fotos: © Greenpeace