COP29: que la decepción no oculte la esperanza
La Conferencia de las Naciones Unidas de Cambio Climático (COP29), celebrada en Bakú, concluyó de forma decepcionante al retrasarse las medidas y la financiación necesarias para frenar la crisis climática. Los 300.000 millones de dólares fijados como objetivo de financiación para alcanzar en 2035 se quedan muy lejos del billón estimado por la sociedad civil como el mínimo necesario para que los países del sur puedan hacer frente a la crisis climática: “Lo que necesitan estos países son subvenciones, pero este acuerdo abre la puerta también a créditos y a financiación privada, lo que aumentará la deuda del sur global y no resuelve los problemas a los que la crisis climática les enfrenta”, explica Pedro Zorrilla Miras, representante de Greenpeace España en la COP29.
El propio Zorrilla añade que, pese a que, una vez más, la industria de los combustibles fósiles se ha librado de toda responsabilidad “y se reirá mientras sale de la cumbre, con sus bolsillos llenos de subvenciones públicas”, la cumbre también ha dado pie a la esperanza a través del acuerdo para una hoja de ruta que tendrá como fin aumentar la financiación en la COP30. “Debe ser una hoja de ruta para hacer que el que contamina pague, y así aumentar considerablemente la financiación climática internacional”, continúa Zorrilla.
La otra buena noticia que puede extraerse de la cumbre es que, pese a los grupos de presión de los combustibles fósiles presentes en Bakú, se han evitado retrocesos en la decisión de la COP28 de dejar atrás este tipo de combustibles. Y, sobre todo, la mejor noticia es que la concienciación sobre la relación entre clima y diversidad es cada vez más generalizada, algo que se espera consolidar en la cumbre del próximo año: “La COP30 de Belem, en el Amazonas, será la ocasión de conectar las luchas por el clima y por la biodiversidad. Esperamos que Brasil muestre un verdadero liderazgo climático mundial. Persistiremos en nuestras demandas”, concluye An Lambrechts, experta en Políticas de Biodiversidad de Greenpeace Internacional.
Buenas noticias para los Mundurukú
El 25 de septiembre de 2024 es ya una fecha histórica para los Mundurukú. Ese día, este pueblo indígena del Amazonas consiguió que se reconociera una demanda por la que llevan luchando casi dos décadas: la demarcación oficial del territorio Sawré Muybu por parte del Ministerio de Justicia brasileño.
Para Greenpeace España es también una fecha especial. En 2014, los Mundurukú comenzaron la autodemarcación de su territorio con la colaboración de Greenpeace y otras organizaciones que, durante todo este tiempo, se han sumado a la presión internacional contra diversos proyectos y actividades ilegales en la zona. En aquellos años, no solo se presionó a las grandes empresas del IBEX35 para que no participaran en los planes de construir una presa en este territorio, sino que varios miembros de la oficina española estuvieron construyendo un campamento internacional para acoger a activistas y celebrities que contribuyeron tanto en la demarcación de las tierras como en la difusión de la lucha de los Mundurukú.
Ahora, diez años después, la ratificación por parte del Gobierno de Lula da Silva de los límites físicos del territorio pasa por expulsar de las tierras a los ocupantes ilegales. Un primer paso de esta fase se dio el pasado 9 de noviembre, cuando se inició una operación gubernamental para expulsar a los garimpeiros, buscadores ilegales de oro que estaban horadando los márgenes de los ríos en este territorio indígena. Una actividad que, además del evidente daño medioambiental, está detrás de los elevados niveles de mercurio en el organismo que posee el 60% de la población mundurukú, según un estudio de Fiocruz.
El reconocimiento oficial de la Tierra Sabré Muybu supondrá un muro de contención para cualquier plan que ignore los derechos y la autodeterminación de este pueblo. “Sin duda, la presencia en el Gobierno de la líder indígena Sonia Guajajara como Ministra de los Pueblos Indígenas es un claro indicador de la mayor concienciación sobre los derechos de esta población”, explica Miguel Ángel Soto, del área de Incidencia y Paz de Greenpeace España.
¡Una súpermacrogranja menos!
Ya es definitivo. El proyecto de súpermacrogranja en Mallorca, de 750.000 gallinas y capaz de producir 156 MILLONES de huevos al año, ya es historia. A veces se tardan años para conseguir logros como este -es el caso de la también súpermacrogranja de Noviercas en el que trabajamos desde el 2017 al 2023 – y otras veces, sorprendentemente, se resuelve en meses, como es este caso.
En mitad de agosto, Greenpeace encendió el debate con unas alegaciones y un comunicado de prensa, pero fue el poder de las personas el que paró el proyecto. El rechazo a este proyecto fue casi unánime y el resultado es este. Aunque sabemos bien que en este tipo de situaciones no hay victorias definitivas. La empresa insiste que hará lo que sea para abrir la macrogranja… Y, Greenpeace lo que sea para que este proyecto no vea la luz.
En un escenario de múltiples crisis, seguir poniendo sobre la mesa proyectos de macrogranjas o de ampliaciones de las existentes es un absoluto sinsentido. Y autorizarlos, una enorme irresponsabilidad. ¿Vamos a dejar que se salgan con la suya? ¡No!