¿Aire o papel?

Hazte esta pregunta la próxima vez que entres en un baño público: ¿qué método de secado de manos es menos agresivo con el medio ambiente, el secador de aire o las toallas de papel?

ilustracion que compara un secador de manos electrico con dispensador de toallas de papel

Cualquier baño público se convierte en un ring que enfrenta a los dos titanes en la industria del secado de manos: el moderno secador de aire y la tradicional toalla de papel.

En una esquina de este peculiar cuadrilátero, el secador de manos eléctrico ofrece diseño, eficiencia, tecnología y sostenibilidad. Sin embargo, su zumbido constante y el tiempo que tarda en secar las manos han provocado que algunos usuarios se impacienten y busquen alternativas más rápidas. En la otra esquina, el dispensador de toallas de papel ofrece una solución rápida y tangible para el problema de las manos mojadas. Pero, a medida que los rollos de papel se desenrollan rápidamente y se acumulan en el cesto de basura, la pregunta sobre su impacto ambiental pesa en la conciencia de los usuarios.

¿Qué opción prevalecerá y cuál tendrá el mayor impacto en el medio ambiente? La respuesta puede variar dependiendo de factores como la eficiencia energética del secador de manos, la fuente de electricidad utilizada, las prácticas de fabricación de toallas de papel o su eliminación y reciclaje. 

En líneas generales, los secadores de manos eléctricos tienen un impacto ambiental más bajo que las toallas de papel, especialmente si se utilizan modelos de alta eficiencia energética y si la electricidad proviene de fuentes renovables. Además, eliminan la necesidad de fabricar, transportar y desechar toallas de papel, lo que incide en un menor desperdicio y menos emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, algunos estudios han encontrado que los secadores de manos pueden dispersar bacterias y virus en el aire, lo que plantea preocupaciones en cuanto a la higiene. Por otro lado, los secadores de manos eléctricos requieren electricidad para funcionar, por lo que su impacto ambiental puede depender, en parte, de cómo se genere esa electricidad.

Ciclo de vida

Uno de los métodos más utilizados para determinar el impacto ambiental de diversos productos es el Análisis de Ciclo de Vida. Esta herramienta sirve para identificar los impactos generados tanto en la etapa de uso como en la etapa de fabricación. Y en este sentido, uno de los estudios más completos realizados al respecto fue el desarrollado por el Colegio de Ciencias e Ingenierías de la Universidad San Francisco de Quito (Ecuador). En su afán de reducir su huella de carbono, comenzó a medir los consumos de energía y las correspondientes emisiones de CO2 asociadas al ciclo de vida de toallas de papel y secadores de manos, tomando como unidad de referencia tres años académicos consecutivos.

La principal conclusión fue que en el ciclo de vida de las toallas de papel se consume menos energía y se emite menos CO2 que en el ciclo de vida de los secadores eléctricos convencionales. Por otro lado, se demostró que los secadores eléctricos de alta velocidad representan la mejor opción, ya que reducen significativamente el consumo de energía y la emisión de CO2 durante su ciclo de vida en comparación con las otras dos alternativas analizadas.

En el caso de las toallas de papel, los mayores índices de emisión de CO2 y consumo energético se produjeron en la etapa de extracción de recursos y producción de materiales, así como en el alto costo energético que implica la fabricación de un dispensador de plástico.

Por el contrario, en el ciclo de vida de los secadores eléctricos convencionales, la etapa de uso representa los mayores índices de  consumo energético y emisiones de CO2 debido principalmente a la potencia del secador (1800W) y al prolongado tiempo de uso para completar el secado de las manos (28 segundos). En la etapa de extracción de recursos y producción, el mayor problema viene por el uso de aluminio.

Los secadores eléctricos de alta velocidad, sin embargo, tienen menor potencia (1500 W) y un tiempo de secado significativamente menor (8 segundos), lo que reduce considerablemente el consumo y las emisiones en la etapa de uso. Además, se fabrican con acero, que tiene un menor costo energético en producción que el aluminio. 

En definitiva, la próxima vez que te plantees esta duda en un baño público, opta siempre por un secador eléctrico de alta velocidad. Y en caso de que el secador sea convencional, mejor la tradicional toalla de papel.

Texto: Juanjo Moreno