“La esperanza no es esperar sentado, es arremangarse”

Entrevista con Javier Peña, creador de Hope!

retrato de Javier Peña, creador de la serie Hope! © Natalia Quiroga

Byung-Chul Han describe la esperanza como la cura contra la desidia y la pasividad. Aunque lo de percibir este sentimiento de una manera proactiva y no solo como una ilusión propia de unos cuantos ingenuos no es algo exclusivo del filósofo surcoreano (y flamante premio Princesa de Asturias). Antes de él ya lo vieron así otros. Y a día de hoy son muchos quienes siguen percibiendo la esperanza de esa manera. Uno de ellos es Javier Peña. 

El divulgador ambiental es el impulsor de Hope!, la serie documental que RTVE estrenó en abril y que a lo largo de seis capítulos muestra cómo la solución a la crisis ecológica no es una utopía, sino un objetivo alcanzable a través de muchos pequeños logros. Inspirada en el Proyecto Drawdown, del ambientalista Paul Hawken, la serie, rodada en 17 países de cuatro continentes, recoge más de 40 iniciativas impulsadas desde distintos sectores y territorios: desde la llevada a cabo por la comunidad local de Cabo Pulpo, en México, con el objetivo de recuperar el arrecife, pasando por la implantación de la Ciudad de los 15 minutos en París, hasta el proyecto que reconvierte residuos plásticos en recursos en la Patagonia, entre otros. 

Soluciones reales que ya están “secuestrando” CO2 y que el propio Peña considera como “una enmienda a la totalidad del ‘no se puede’, del ‘no vamos a llegar’, ‘es demasiado difícil’ o ‘no estamos a tiempo’”. 

¿Cómo se pone en marcha un proyecto como Hope!

No fue fácil porque Hope! es un proyecto muy ambicioso que ha requerido de la participación de los mejores expertos en materia medioambiental y pioneros en diversas soluciones. Además, queríamos y necesitábamos que fuese un producto audiovisual de primer nivel en cuanto a contenidos y a la calidad de la producción, y para eso era necesaria una financiación que fue muy difícil conseguir. 

Cuando presentábamos la iniciativa a las primeras productoras y televisiones, nos decían que no era viable producir un proyecto de ese tipo desde España. 

Pero al final lo conseguimos, a pulso, con la participación de miles de personas a través de un crowdfunding histórico. Pero también con el apoyo de distintas entidades, entre las que está Greenpeace, que ha cedido su archivo documental, lo que nos ha ahorrado mucho dinero y trabajo. Pero también otras que han creído desde el principio en esta iniciativa y la han hecho viable, como RTVE, Orange o distintos organismos de Miteco, entre otros.

 

Retrato de Javier Peña, creador de la serie Hope!
©Natalia Quiroga

 

 

 

Eso es lo que construye la palabra esperanza. Un concepto que no significa sentarse a esperar, sino arremangarse, actuar y luchar por el futuro que está a nuestro alcance.

 

 

 

El objetivo final es transmitir esa esperanza que resuena ya en el título de la serie, ¿no? 

Exacto. Demostrar a través de la ciencia, con los mejores modelos y estudios, el impacto de las soluciones que ya tenemos disponibles. Y cómo con estos avances sociales, económicos y ambientales, sumados todos, podemos aspirar a darle la vuelta a la situación y a restablecer y regenerar el principio de la vida en la Tierra. 

Para mí es el gran mensaje en estos tiempos de cinismo, de derrotismo y de desesperanza. Es un mensaje que recalca que lo que hacemos importa, que puede cambiar el mundo, y lo hace a través de ejemplos de personas corrientes que están haciendo cosas extraordinarias que están transformando el planeta. Esa inspiración nos reta a ser mejores y a dar lo mejor de nosotros mismos en estos años cruciales, a esforzarnos por cambiar el rumbo de la historia. 

Eso es lo que construye la palabra esperanza. Un concepto que no significa sentarse a esperar, sino arremangarse, actuar y luchar por el futuro que está a nuestro alcance.

Hope! transmite esa idea desde la inclusión y la transversalidad, demostrando que todos podemos ser parte de la solución y no solo del problema, como hasta ahora venían sosteniendo buena parte de los discursos. ¿Es la forma de comunicar uno de los grandes retos del movimiento ecologista? 

Efectivamente. Hope! pone el foco en las soluciones propuestas por personas de todos los sectores de la economía y de la sociedad que lideran este cambio de paradigma hacia la regeneración. Personas al frente de proyectos que, además de obtener beneficios que mejoran su vida, su empresa, su actividad económica o su región, resuelven el problema climático y de biodiversidad. Un modelo que es absolutamente viable y beneficioso para sus vidas. En definitiva, ponemos el foco en que no se trata de sacrificios, sino de oportunidades de mejorar.

Y esto es lo que, a mi entender, tiene que hacer ahora mismo el ecologismo: construir un paraguas amplio, acogedor, en el que quepamos todos, que nos dé un lugar en esta gran transformación. En definitiva, activar un anhelo colectivo por el futuro que podemos conseguir. 

Y de cara a los grandes actores (gobiernos, grandes empresas y corporaciones) este enfoque en el que se demuestra que estos modelos no son solo pura filantropía, sino que son escalables y pueden dar sus rédito económico, resulta aún más fundamental, entiendo… 

Sí. La cuestión es hacer viable económica, política y socialmente la transición ecológica. La buena noticia es que tenemos una caja de herramientas con la que poder construir una sociedad infinitamente mejor que la que tenemos hoy.

Con esas soluciones construidas por mentes brillantes y con el esfuerzo de millones de personas, sería imperdonable no tener éxito, no ganar la batalla comunicativa y no conseguir derrotar a quienes ofrecen un futuro infinitamente peor, más gris, más oscuro y más triste que el que nosotros ofrecemos. 

retrato de Javier Peña, creador de la serie Hope!
©Natalia Quiroga

Se trata, entonces, de mostrar que la evolución no va en contra del cuidado del medioambiente

Exacto. Coincido plenamente con Paul Hawken cuando dice que la tarea fundamental de la regeneración es crear más vida en todas partes. Esto es lo que define la economía del siglo XXI, que requiere de una revolución técnica y cultural, y en la que todas las actividades económicas y sociales tienen que ser capaces de, además de generar bienes y servicios, producir más vida de la que había al principio. Restaurar mientras generan una actividad económica. 

Este es el cambio de paradigma regenerativo, que no es un deseo vacuo, sino una práctica que se concreta en la actividad de millones de personas en todos los sectores. Porque el cambio de paradigma no hace referencia solo a la austeridad, al vamos a gastar menos agua, menos recursos… Se trata también de crear, de restaurar, de traer el agua y la vida de vuelta… Y esto es lo que se ve en la mayoría de los casos que aparecen en Hope!.

En definitiva, no se trata solo de hacer menos daño, sino de darle la vuelta a todo, de restaurar la abundancia de la vida en la Tierra. Recuperar toda aquella abundancia perdida que hemos arrasado después de años de sistemas extractivistas y lineales que han empobrecido la naturaleza. Y es por ahí por donde tenemos que ir. Y podemos hacerlo. 

Hope! pone el foco en las soluciones propuestas por personas de todos los sectores de la economía y de la sociedad que lideran este cambio de paradigma hacia la regeneración.

Han sido varios los proyectos que no han podido tener cabida en estos seis capítulos de Hope!. ¿Podemos albergar la esperanza de que haya nuevas temporadas en las que puedan aparecer estas iniciativas que han quedado fuera y las que están por llegar? 

¡Claro! La gran noticia es que ha habido muchos proyectos impresionantes que no hemos podido introducir en la serie. Pero también otros que seguimos descubriendo. Porque vivimos en un planeta en el que, además de todas las grandes malas noticias —que las hay—, también hay un ejército de pioneros y de mentes brillantes, que están dándole la vuelta a todos los sectores productivos de la economía. 

Y hay auténticos héroes y heroínas que están demostrando que la regeneración no es un concepto, sino una práctica aplicable a todos los sectores, y esto es lo que contamos.

En resumen, la mejor noticia es que existe material suficiente para tres, cuatro o más temporadas. Porque las historias sobre el cambio hacia la regeneración son inagotables. 

Texto: Gema Lozano   Fotos: ©Natalia Quiroga